La foto de hoy es muy entrañable. Se realizó en el pasado encuentro de La Posada, organizado por Manu Montes en torno al maestro Luis García. En ella salgo con Vicente Mustieles y Paco González, hermanos mágicos de pensamiento y filosofía. El pasado Corpus, Paco visitó Granada y tuvimos los tres una íntima actuación conjunta en un conocido pub de Granada, experimentando con ideas derivadas de las líneas del maestro Luis García, concretamente en el dominio de la magia metafórica. Como siempre, el encuentro con fue entrañable y fructífero a nivel de maduración y refinamiento de ideas sobre arenas tan movedizas como son las de la filosofía mágica.
Os planteo hoy un concepto presente en la construcción de muchos de nuestros juegos pero del que no somos o no hemos sido necesariamente conscientes hasta ahora. Elijo el término de falsa discontinuidad para acuñarlo como término, debido a su lógica y morfológica oposición al término clásico de falsa continuidad del maestro Ascanio.
Entremos en materia. Mientras la falsa continuidad (o las acciones de continuidad aparente) muestran que la situación inicial sigue intacta, a pesar de que realmente ha cambiado (por una acción secreta tramposa del mago), en cambio, la falsa discontinuidad (o acciones de discontinuidad aparente) muestran que la situación inicial ha cambiado, a pesar de no ha sufrido variación alguna (o apenas).
Espero que os aclaréis un poco con el siguiente esquema propio de juegos construidos con una falsa discontinuidad al principio de los mismos.
Sit P ------ (Sit A)----------------------Sit B, donde, Sit P = Sit B
fd
Desglosemos el esquema.
Sit P es la situación de partida, con la que coincidirá, más o menos, la situación final Sit B cuando acabe el efecto. Ello es debido a que la falsa discontinuidad, tal y como indica el término, aunque parezca que altera la situación, en realidad no cambia nada.
fd es la acción tramposa de falsa discontinuidad o acción de discontinuidad aparente. Con ella pretendemos que el espectador asuma que la situación de partida Sit P ha cambiado precisamente por dicha acción, cuando en realidad no es así. La ventaja del engaño es que los espectadores pueden llegar a asumir esta supuesta nueva situación Sit A como situación inicial, aunque en realidad sea falsa, ya que, insito una vez más, aún seguimos, en esencia, en la situación de partida Sit P.
(Sit A) es la falsa situación inicial de la que supuestamente partimos. Es una situación falsa que se asume por autoconvencimiento, debido a la acción de discontinuidad aparente.
Sit B es la situación final. Dicha situación final supone para los espectadores un aparente contraste con respecto a la situación inicial Sit A.
Sin embargo, desde el punto de vista del mago, nada ha cambiado. Se ha llegado a una situación similar a la situación de partida porque en realidad dicha situación nunca cambió en un primer lugar. La acción que pareció modificarla, la citada fd, acción de discontinuidad aparente, nunca la alteró, ya que, tal y como su término indica, en ello radica su ensencia.
Puede sonar lioso de entrada pero nos aclararemos enseguida, ejemplificando el esquema con un juego didáctico que encaja perfectamente con él.
Se trata de la conocida versión de la cuerda rota y recompuesta, en la versión del corte de bucle que parece cortar la cuerda por la mitad, pero que en realidad sólo corta un pequeño extremo que se puede disimular al final (no doy más pistas para despistar a un posible lector profano, que ya sería masoquista si se dedicara a bucear en este bloc).
¿Tenéis el juego en mente? Bien. Empecemos. Vamos al esquema.
Sit P es la situación de partida, esto es mostrar claramente la cuerda entera al principio del juego. Esta situación de partida se establece con total claridad, ya que la propia cuerda se puede dar a examinar al principio.
fd es la falsa discontinuidad o acción de discontinuidad aparente, que es el hecho de simular cortar la cuerda por su mitad. Es una falsa discontinuidad, porque la discontinuidad (o cambio que se percibe, el hecho de que la cuerda pase de entera a dos mitades más o menos iguales) es falsa, ya que la cuerda sigue (prácticamente) entera tras el tijeretazo.
(Sit A) es la situación inicial (el hecho de que la cuerda esté supuestamente dividida en dos mitades) y la tomamos como situación inicial porque es a partir de ella que se va a producir el cambio o contraste mágico, en el sentido ascaniano, hasta la situación final de la reconstitución Sit B.
En el esquema, la nomenclatura que se refiere a la situación inicial va entre paréntesis porque se trata de una situación inicial falsa o aparente. Nunca se llega a establecer claramente que se parte de dos mitades de cuerda, ni se pueden dar a examinar para que el espectador constate o corrobore dicha situación.
En el esquema, la nomenclatura que se refiere a la situación inicial va entre paréntesis porque se trata de una situación inicial falsa o aparente. Nunca se llega a establecer claramente que se parte de dos mitades de cuerda, ni se pueden dar a examinar para que el espectador constate o corrobore dicha situación.
Dicha situación se asume por autoconvencimiento, precisamente por efecto de la acción de discontinuidad aparente (el tijeretazo).
Finalmente, Sit B es la situación final, el hecho de que la cuerda se recomponga. Como se puede observar en el esquema, en este tipo de juegos la situación final Sit B es la misma (o casi) que la situación de partida Sit P, la que se existía antes de que se estableciera la falsa discontinuidad (lógico, por otra parte, ya que ésta nunca cambió nada).
Algunos avezados lectores podrán objetar que, en el caso que nos ocupa, la situación final no es exactamente la misma que la de partida. Al principio, hay una cuerda entera y al final tenemos cuerda y cabo. Aunque la objeción pueda tener cierto fundamento, en realidad, en este caso particular no es demasiado relevante por dos razones.
La primera es que no afecta al concepto, ya que en la definición se tiene en cuenta dicha eventualidad (“las acciones de discontinuidad aparente muestran que la situación inicial ha cambiado, a pesar de no ha sufrido variación alguna (o apenas)”).
La segunda razón es que, a pesar de que este ejemplo (elegido por su adecuación didáctica) presente tal contingencia, ello no impide que en la mayoría de casos, como veremos, la situación de partida y la situación final coinciden totalmente.
Hay que decir, en otro orden de cosas, que en este esquema de juegos no cabe ningún tipo de acción de continuidad aparente, PRECISAMENTE PORQUE NO PUEDE HABER CONTINUIDAD ALGUNA DE ALGO QUE NO SE HA ESTABLECIDO CLARAMENTE EN PRIMER LUGAR.
La falsa situación inicial (Sit A) asumida por los espectadores (el hecho de que partamos de dos mitades de cuerda) nunca se ha constatado claramente por parte de los mismos, sino que se ha asumido por autoconvencimiento, a raíz de la acción de discontinuidad aparente (el tijeretazo).
En todo caso, hablaríamos de acciones sedal, al referirnos a supuestos manejos que buscasen que el espectador siguiera asumiendo la división de la cuerda en dos mitades, si bien es difícil que tales manejos llegaran a superar a la propia acción de discontinuidad aparente (el tijeretazo) a la hora de convencer el espectador de que realmente partimos de dicha situación.
Veamos otro ejemplo para clarificar y consolidar un poco más el concepto.
Vamos a realizar una sencilla asamblea con la conocida técnica del añadido de Braue.
Brevemente, para refrescar el manejo, colocamos los ases de cara sobre la baraja en posición de dar y de dorso. A continuación, con alguna justificación, realizamos un break de las tres cartas indiferentes superiores de la baraja para añadirlas bajo el paquete de ases. Cogemos ahora todo el paquete (cuatro ases de cara y tres cartas indiferentes debajo) con la mano derecha en posición biddle para proseguir, pelando cada as de la mano derecha con el pulgar de la mano izquierda, el cual va dejando cada as de cara sobre la baraja, que sigue en posición de dar en la mano izquierda.
Cuando se llega último as, la mano derecha deja caer este as (con sus tres cartas indiferentes ocultas sobre la baraja) para, a continuación, girarlo de dorso individualmente sobre la misma. Enseguida se inicia el reparto de los ases (en realidad un as y tres cartas indiferentes) en la conocida posición de T.
Ahora colocamos tres cartas indiferentes de dorso sobre cada uno de los supuestos ases, empezando por el último as que se repartió, el as líder (y el único auténtico). De este modo, los tres ases sustituidos por el añadido de Braue van a parar encima del as líder. Ahora sólo resta revelar el efecto mostrando que los ases se han reunido en el paquete del as líder.
Comprobemos que se cumple el esquema.
Sit P ------ (Sit A)----------------------Sit B,
fd
Sit P es la situación de partida, esto es los cuatro ases reunidos de cara sobre la baraja de dorso.
fd es la acción de falsa discontinuidad, es decir todo el manejo del añadido de Braue y el posterior reparto. Es una falsa discontinuidad, porque la discontinuidad (o cambio que se percibe, el hecho de que se separen los ases y se colocan en distintos lugares del tapetes) es falsa, ya que, tras el manejo, los ases siguen juntos, como en la situación de partida Sit P.
(Sit A) es la situación inicial (el hecho de que los ases estén supuestamente distribuidos de dorso en distintos lugares del tapete) y la tomamos como situación inicial porque es a partir de ella que se va a producir el cambio o contraste mágico, en el sentido ascaniano, hasta la situación final de la reunión Sit B.
En el esquema, la nomenclatura que se refiere a la situación inicial va, una vez más, entre paréntesis porque se trata de nuevo de una situación inicial falsa o aparente. Nunca se llega a establecer claramente que se parte de cuatro ases colocados en formación de T en distintos lugares del tapete, ni se pueden dar a comprobar una vez repartidos para que el espectador constate o corrobore dicha situación. Dicha situación se asume por autoconvencimiento, por efecto de la acción de discontinuidad aparente (el añadido de Braue y el reparto de las cartas indiferentes).
Finalmente, Sit B es la situación final, el hecho de que los ases se reúnan. Como se puede observar, aquí sí es totalmente cierto que la situación final Sit A es la misma que la situación de partida Sit B, ya que los ases se encuentran reunidos en ambos casos (de cara sobre la baraja antes de iniciar el manejo de Braue y de dorso sobre el as líder al finalizar el efecto).
En próximos artículos ahondaremos un poco más sobre este nuevo concepto y sus posibilidades.
Si realizáramos el efecto de la cuerda rota y recompuesto con el bucle de cuerda en el FP, entonces ¿se podría decir, si lo he entendido bien, que ahí sí que coincidiría al 100 % la situación de partida y la inicial?
ResponderEliminarExacto. En este caso, se trataría de una falsa discontinuidad en toda regla, ya que la situación de partida y la "final" (que creo que es lo que querías decir en tu comentario) coinciden perfectamente.
ResponderEliminarEn otras palabras, en la situación de partida tendríamos una cuerda entera y en la situación final, también la cuerda entera (a diferencia de cuerda y cabo en el ejemplo del artículo).
No obstante, lo importante es que la situación de partida y la final coincidan aproximadamente, en su esencia, ya que hay casos en los que la coincidencia no es total y aún así el concepto sigue siendo operativo.